Debido a la situación en la que nos encontramos actualmente gracias al Covid-19 se han tenido que tomar algunas medidas necesarias para que se cumplan las restricciones sanitarias. Una de estas medidas es mantener la actividad semipresencial en los centros de educación, con la finalidad de reducir el número de personas y poder tener más distancias. Esta medida supone un problema, ya que las clases online no tienen nada que ver con las clases presenciales, siendo estas últimas mucho mejores y en ellas se aprende mucho más. Empezando con las dificultades de las clases online en cuanto a los medios, ya que suele haber problemas de conexión o de audio e incluso visuales lo que dificulta mucho el aprendizaje porque no te enteras bien de lo que están explicando y hay momentos en los que te pierdes. Aparte de estos problemas técnicos, también hay otras dificultades como puede ser la concentración, ya que es mucho más complicado concentrarse mirando una pantalla que estando presencialment...
Al comenzar el curso todo era nuevo, una nueva etapa al entrar en bachillerato, nuevos compañeros, una nueva forma de dar clases, nuevos profesores, y en algunos casos nuevas asignaturas, como lo era filosofía. En mi caso, yo no tenía ninguna esperanza o motivación por esta asignatura, ya que siempre la pintan como aburrida y realmente no sabía nada sobre ella. Esto es un prejuicio muy grande, porque en cuanto empezaron las clases y se desarrolló un poco la asignatura, mi perspectiva fue cambiando. Sin duda alguna es una de las asignaturas en las que más he aprendido durante el curso, y ya no solo temario de filosofía, sino que también cultura general. Durante las clases siempre hemos llevado un ritmo pausado, en el que podías entender todo bien y daba pie a responder todo tipo de dudas que surgían. Además siempre hay buen rollo en la clase, incitándote a querer aprender más y a participar, cosa que no sucede siempre en todas las asignaturas. Las clases resultan muy dinámica...
Tener un pensamiento crítico implica cuestionarse todo lo que te exponen y lo que tú mismo crees, un análisis constante, y este es un mecanismo empleado por la filosofía. Pero la verdadera cuestión es: ¿Para lograr ser feliz, es bueno tener un pensamiento crítico? Al fin y al cabo la mayoría de los seres humanos buscan ser felices, pero ¿es el pensamiento crítico una forma de llegar a esta felicidad? En mi opinión, en parte sí, pero por otra parte no del todo. Me parece que es imprescindible que contemos con un pensamiento crítico, es decir, que seamos capaces de analizar lo que se nos expone y no creernos todo lo que nos dice la gente. Es indispensable que seamos capaces de atrevernos a pensar y a desarrollar nuestras propias ideas, y no las que nos imponen, porque esta bien tener opiniones diferentes a las de los demás y sobre todo poder ser capaz de valorar y analizar todo para poder desarrollar nuestra propia idea. Ahora bien, en nuestra vida cotidiana no tenemos s...
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